28 julio 2014

'Sex tape', porno casero en la nube

Crítica publicada en Esencia Cine


La nube es un concepto difícil de explicar a alguien ajeno a las tecnologías. “Nadie la entiende. Es un misterio”, dice el personaje de Jason Segel en un momento de la película. Se puede decir que es un lugar “invisible” en el que puedes almacenar todos tus datos y sincronizar cada una de tus actualizaciones automáticamente e, incluso, hacerlo con varios equipos informáticos. Quizás sea muy metafórico, pero sirve para explicar el origen de Sex tape, a la que en España se le ha añadido la coletilla Algo pasa en la nube.

En un impulso por probar cosas nuevas y revitalizar su relación volviendo a la ajetreada vida sexual que disfrutaban cuando eran jóvenes, la pareja formada por el propio Jason Segel y Cameron Diaz decide grabar una película porno casera. Hasta aquí todo bien, incluso se podría decir que hasta cierto punto resulta típico. Sin embargo, cuando el aparato en el que la graban se sincroniza con la citada “nube”, el video alcanzará múltiples aparatos que permanecen conectados con el del protagonista.


Jake Kasdan, y sus guionistas Kate Angelo, artífice de la historia, Nichollas Stoller y el propio Segel, convierten entonces la película en una carrera por la recuperación de los videos en la que entran en juego un punto gamberro, el acento cómico y el regusto amoroso-redentor. Un clásico que, pese a lo típico de algunos giros, consigue sacarnos la sonrisa con sus metarreferencias al cine y las series (“estamos muy avergonzados, pero aún vamos por la primera temporada de Breaking Bad”, confiesan unos amigos de la pareja en un momento de la película). 

Sin embargo, si la película se sustenta es gracias a la química existente entre la pareja protagonista. Los actores Jason Segel, un seguro cuando se trata de comedia, y la veterana Cameron Diaz consiguen crear el vínculo necesario para que nos creamos su historia, su relación, su paternidad y su necesidad de mantener el video en el más absoluto de los secretos. Y si ambos destacan es gracias a esa química y a la consecución de la intimidad que consiguen; Rob Lowe, por su parte, destaca en el aspecto cómico. El actor aparece como futuro jefe de ella en un interludio. Y en menos de tres minutos consigue robar el film, o al menos llevarlo a su terreno con una interpretación de la comedia gansa que resulta desternillante y muy loca. Sin duda, su aparición nos trae los momentos más absurdos y divertidos de la cinta. A la zaga, pero no muy atrás, se queda Jack Black, que aparece como el dueño de la web YouPorn en otro de los momentos cumbre. 

Sex tape no es más que una comedia ácida y ligera, una agradable tontería que sabe perfectamente cuál es su liga y no se obsesiona con el ascenso de categoría. Es una película refrescante para disfrutar sin buscarle el sentido ni los tres pies al gato. Perfecta para el verano, no requiere del espectador otra cosa que su predisposición a entrar en una historia que, pese a sus fallos y clichés, permite pasar un buen rato al lado de esta pareja tan loca como, en el fondo, funcional.

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