Crítica publicada en Esencia Cine
No sé bien qué razón sociocultural, socioeconómica o de cualquier otro tipo residirá tras la decisión de estrenar en un periodo tan corto de tiempo dos películas con temáticas idénticas: la enfermedad juvenil. Evidentemente me refiero a Bajo la misma estrella (estrenada en nuestro país la semana pasada) y Ahora y siempre, título que nos ocupa en esta crítica.
Las similitudes entre ambas son múltiples. Como la película de Josh Boone, la cinta de Ol Parker también adapta una novela para adolescentes, Before I die de Jenny Downham. Si el hecho de que la segunda fuese de nacionalidad británica podía hacernos sospechar una cierta diferencia en la manera de abordar el tema o de desarrollar la historia, para mejor, nos equivocamos en nuestras sospechas; es más de lo mismo.
Now is good, título original del film, es puro melodrama. Se podía esperar, suele pasar en este tipo de películas, pero hay maneras y maneras de abordarlo. Sobre todo cuando, al principio de la película, se intuye una especie de crítica sobre el morbo de un locutor de radio que entrevista a la chica enferma, y al final la obra acaba por ser igual, o más, de morbosa.
En lo referente a la historia, lo cierto es que nada tiene demasiado sentido. La frivolidad, quizás el comportamiento propio y característico de la edad de los protagonistas, se adueña de la cinta y declina pronto en favor de un dramón pasteloso y poco carismático, como sus personajes, que además propone una carga emocional tan excesiva como innecesaria para su desarrollo.
Dakota Fanning no consigue generar una identidad para su personaje y completa una interpretación fría, sobria y con poco que destacar, pese a lo emocional del papel. La decisión de situarla en el rol protagonista sorprende mucho. Y lo hace porque en el resto del reparto encontramos a magníficas actrices como Kaya Scodelario (que nunca pensé que estaría desaprovechada en uno de sus trabajos) o Rose Leslie, que aquí no hace más que un cameo simplón y poco lustroso.
El desastroso guión se vertebra mediante la lista de deseos de la protagonista antes de fallecer antes de convertirse en una especie de “sexo, drogas y rock and roll” absurdo. Repleta de giros imprevisibles, con personajes carentes de carisma, el espectador crítico sólo encontrará consuelo, visual y narrativo, en un par de planos y bellos contraluces que nos regala Parker. Por lo demás, más de lo mismo.
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