Crítica publicada en Esencia Cine
Atlántida Film Fest
El documental At Berkeley es una monstruosidad, un panzer cinematográfico de cuatro horas que muestra, como nunca antes se había visto, la vida universitaria. El escenario, la universidad pública de Berkeley en California, cobra sentido casi con ente de personaje. Desde múltiples puntos de vista, el reputado documentalista refleja los entresijos de la institución. Los pasillos llenos de estudiantes, los coros, los equipos deportivos, los investigadores, los profesores… todas las voces posibles, todas las personas que tienen algo que ver con Berkeley, tienen su espacio en el documental.
El interés de la propuesta es indudable por su temática. Nunca antes se había rodado algo de semejante volumen. Frederik Wiseman acumuló para este documental más de 250 horas de metraje, recogido durante 12 semanas en Berkeley. Visto así, cuatro horas de película podría parecer algo razonable; sin embargo, cuando nos sentamos delante de la pantalla no lo es tanto. A pesar de lo interesante del ejercicio, el trabajo de Wiseman se vuelve plomizo en seguida.
El director coloca la cámara en un punto cualquiera de la vida universitaria y la deja allí, como si fuese invisible, recogiendo la realidad de la forma más verídica posible. Fragmentos de clases, discursos de los mandatarios, periodos de un partido de hockey, reuniones de investigadores, espectáculos al aire libre… Toda, absolutamente toda, la vida universitaria, que no es poca, es recogida por una lente cuasi invisible que se limita a mostrar.
Las cuatro horas de duración de At Berkeley se convierten en seguida en su rasgo más característico. Para bien y para mal. Permite mostrar cosas que con un metraje menor no aparecerían, pero también convierte la película en un juego difícil de jugar, o al menos difícil de hacerlo sin descansos. El trabajo del cineasta de Boston se asemeja a lo que supone en realidad la universidad, una metáfora de la vida universitaria que filma; a veces es tedioso como una clase de un mal profesor, otras veces es cautivador e interesante. Wiseman es un maestro del documental: Crazy Horse, Boxing Gym, Central Park, La última carta o Domestic Violence, entre otros títulos, lo demuestran. Con este mastodonte cinematográfico sobre la universidad que es At Berkeley pone otro granito de arena a su aparente idea de crear un mapa sociológico del mundo contemporáneo a través de su extensa obra.
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