21 mayo 2014

'A 20 pasos de la fama', walk on the shadow side

Crítica publicada en Esencia Cine

“Hey baby, take a walk on the wild side! And the colored girls go”, cantaba Lou Reed justo antes de que entrase ese famoso coro por el que se reconoce su canción Walk on the wild side. Esas chicas negras de las que habla son, entre otras, Darlene Love, Merry Clayton, Lisa Fischer, Claudia Lennear, la familia Waters o, más recientemente, Judith Hill. ¿Qué tienen en común? Todos estos nombres pertenecen a la rama artística, generalmente olvidada, incluso pisoteada, la de los coristas.

A 20 pasos de la fama, documental dirigido por Morgan Neville que se alzó con el Oscar en su categoría, alterna las voces de estas cantantes con las de las grandes estrellas de la música. Sting, Bruce Springsteen, Mick Jagger o Stevie Wonder son algunos de los artistas que sirven a Neville para trazar una panorámica por los entresijos de la música y, más concretamente, la carrera musical, a menudo llena de escollos, de estas grandes voces que permanecen en la sombra. 

Acompañado de una sugerente fotografía, pulcra y cálida en las imágenes de rodaje propio, el documental engrana las imágenes de archivo con las de suyas para conformar una historia de la música reciente. El vehículo narrativo no es otro que la carrera de estas coristas, cuyo estilo e idiosincrasia se originan en las iglesias y en los coros góspel para dar el salto con posterioridad a los grandes escenarios a ritmo de soul, blues, jazz o rock and roll.


“No hay instrumento más bello que la voz”, dice la cantante Sheryl Crow en una de sus intervenciones. Desde luego que en el caso de las protagonistas de esta película no puedo estar más de acuerdo. Precisamente son las voces de estas mujeres las que regalan los momentos más impactantes del film (el Gimme shelter es espectacular y, junto a una de las actuaciones de Tata Vega, puede conseguir erizar el vello de la sala). No es menos bello lo que recogen las declaraciones de las grandes estrellas que se sientan delante de la cámara y que hacen más intensa la experiencia y más largo el recorrido de la cinta. Los totales recogidos anuncian más silencios y secretos que revelaciones, y a pesar de ello resultan interesantes y gratos para el que permanece atento a las palabras de los protagonistas.

A ritmo del Walk on the wild side de Lou Reed, con el que se inicia, A 20 pasos de la fama propone un agradable recorrido por la orilla de la música más reciente. Resulta muy complicado que no se escape el pie al ritmo de la música mientras la cámara de Neville persigue las vidas de estas cantantes en la sombra o la belleza de las esquinas de Nueva York por las que transitan silenciosas.

No importa si alguna de ellas dio –o dará– el salto (algunos probaron con discos como solistas, con mejor y peor suerte), no importa si quedaron para siempre en la sombra; este documental recopila sus experiencias, las saca de la penumbra y les da, por fin, la voz propia que siempre han tenido y que gente como el productor Phil Spector (que por momentos parece el villano de la historia) había conseguido arrebatarles. 20 feet from stardom es una película significativa, una declaración de amor a la música y a una parte importantísima de ella. Un fantástico e inspirador documental sobre trabajo, superación y por fin reconocimiento.

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