19 octubre 2014

'Magical Girl', las piezas deliberadamente ausentes

Magical Girl es soberbia. Un encadenado macabro de chantajes, una escalada de manipulación y un tremendo juego de voluntades. Carlos Vermut dirige con suma elegancia, narrando sin sobrexponer, un guión estructurado en forma de puzzle al que -a propósito- le faltan piezas (qué hay en la sala del lagarto negro o el pasado oscuro de uno de los personajes). Sin embargo, todo encaja en el puzzle, incluso esas piezas que faltan (genial esa metáfora de la pieza ausente que subyace en torno al personaje de Sacristán). 

La película de Vermut, merecidísima Concha de Oro del último festival de San Sebastián, cabalga entre lo costumbrista y una originalidad desbordante, entre lo racional y lo pasional (fantástico ese fragmento en el que un personaje compara las corridas de toros con el espíritu de España), entre el amor y la maldad. Y sale perfectamente airosa de todo ello, mientras el espectador trata de recuperar el habla, el aliento y el resuello tras dos horas de absoluta entrega a la historia. 


Maravillosas interpretaciones de un impecable Luis Bermejo, un José Sacristán conscientemente dosificado (se come la pantalla en poco más de media hora; qué actorazo) y Bárbara Lennie (tremenda en su construcción enigmática del personaje; una gran intérprete que merece ya reconocimientos). Por su parte, no se les queda muy a la zaga una sorprendente Lucía Pollán, que le aporta a la historia el grado de "inocencia", y que pese a su juventud lanza un par de miradas y desafíos a cámara sumamente inquietantes. 

En el aspecto técnico, la elegantísima fotografía de claroscuros de Santiago Racaj ayuda a aportar tensión en las situaciones que lo precisan, al igual que la música, siempre en los momentos necesarios (ay, esa Niña de fuego). En definitiva, que Magical Girl de Carlos Vermut es una de las películas del año y por supuesto una de las obras mas destacadas del cine español de los últimos ciclos. Una película fascinante y arrebatadora de un director que crece exponencialmente.

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