Crítica publicada en Esencia Cine
Cuando se trata de retratar a un personaje histórico o de cierta relevancia a través del cine, o de cualquier otra de las Artes, se corre el peligro de ofrecer un acercamiento de galería. Es uno de los principales problemas del género biográfico, también denominado como biopic. En el caso de Life, además, por el componente fotográfico que acaba teniendo la cinta, la definición de obra galería podría encajar incluso mejor.
Anton Corbijn se limita a ofrecer el retrato de un hombre a través de su relación profesional con otro hombre, que acabaría por convertirse en algo similar a la amistad. La tarea efectuada por el autor de El hombre más buscado (2014) consiste en la clásica maniobra de tratar de desvelar a la persona que se encuentra tras la figura histórica. Quizás sería más correcto en el caso de James Dean hablar del “hombre que se esconde detrás del mito”. De esta forma, el trabajo tras las cámaras de Corbijn se sitúa parejo al que efectuó hace seis décadas el fotógrafo Dennis Stock para la revista Life, que no es otro que el de fotografiar a una persona. El problema, en el caso del Cine, es que se espera algo más que una simple recopilación de instantáneas, que es a lo que acaba por reducirse este retrato descafeinado de Jimmy.
Si el guión de Luke Davies no indaga en la profundidad de un personaje con bastante más miga e interés del que parece destilar de esta obra, la dirección de Corbijn no consigue dotar de una entidad robusta a la misma. Es correcta en lo visual, pero resulta sorprendentemente insípida y plana en lo narrativo, algo que todavía es más difícil de encajar tras su última obra. Sí resultan más atractivas, en cambio, las interpretaciones principales de Robert Pattinson, en el papel de Stock, y sobre todo el magnético trabajo de Dane DeHaan en la piel de James Dean. Más allá de eso, una constante e incomprensible necesidad de introducir cameos de personalidades de la época, como Jack Warner (Ben Kingsley), Marilyn Monroe o Pier Angeli; bastante bien caracterizadas, eso sí.
Life es un acercamiento tímido a un personaje con recovecos, que se empeñó en mostrar una imagen robustecida de sí mismo. Una suerte de filmación del reportaje, en la que varios subrayados culminan en unos créditos que reproducen íntegramente el reportaje fotográfico publicado en Life en 1955, por si quedaban dudas de que la película es una recomposición de aquellas instantáneas. Cuando la luz se enciende, queda la amarga sensación de que para ver una mera reproducción del retrato ya existía la posibilidad de consultar el ejemplar de la revista en los archivos.
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