Crítica publicada en Esencia Cine
El humor fácil y los tópicos identitarios no deberían ser, per se, una causa para desacreditar una comedia. Si lo hiciésemos, estaríamos tirando por tierra el trabajo de la gran parte de películas cómicas, programas de sketches y monólogos humorísticos. ¿A qué jugaban si no la reciente Ocho apellidos vascos o el programa televisivo ¡Vaya semanita!? No obstante, el abuso o la necesidad de “la cuña” para esos chistes sí puede causar descrédito. Y es lo que le ocurre, por momentos, a Ahora o nunca, que se inscribe, otra vez, en el terreno de la parodia territorial (españoles vs. extranjeros) para buscar arrancar una carcajada que, en cambio, no termina de ser del todo natural.
Con un reparto que resuena al último gran éxito de Emilio Martínez Lázaro –Dani Rovira vuelve a interpretar a un tipo muy similar a Dani Rovira, y también aparece Clara Lago–, Ahora o nunca cuenta la odisea cómica de la pareja que conforman el propio Rovira y una María Valverde de la que enseguida intuimos va a ser lo más destacable de la cinta. La pareja prepara su boda en un pequeño pueblo de la campiña británica, donde se conocieron durante una beca de verano diez años atrás, pero con tan mala suerte que el día anterior, cuando el novio tiene que volar hasta allí para aceptar nupcias, una huelga de controladores aéreos se lo impedirá.
María Ripoll vuelve a dirigir una historia de amor en torno a las idiosincrasias, pero esta vez lo hace desde la orilla opuesta a su última película Rastros de sándalo. La comedia es aquí el catalizador. La directora se sirve de un reparto que mezcla lo televisivo con lo meramente cinematográfico u teatral. Podría hablarse, en este sentido, de una cierta tendencia a aunar estas dos vertientes (el famoseo o la farándula con el cine y la comedia en su sentido más literal). De esta forma Ahora o nunca reúne a personajes tan televisivos como Jordi Sánchez (conocido por su Antonio Recio de La que se avecina) con la cantante Melody, Yolanda Ramos (ambas sin ninguna chispa), el propio Dani Rovira o gente más asentada ya en el mundo del cine como los dos rostros femeninos Clara Lago y María Valverde. Esta mezcla de lo televisivo y lo cinematográfico no se da solamente desde el punto de vista actoral. Quizás como consecuencia de ello, quién sabe, el guión de Ahora o nunca se convierte en la realización de una sucesión de sketches más propios de un programa de televisión de humor. En algunos casos, además, puede desprenderse de ello la necesidad de incorporarlo para el mero “lucimiento” del actor (repetitivo el gag en el que Yolanda Ramos hace de tía solterona del novio y habla de forma cargante a un pasajero del autobús).
Entre tanto, Ahora o nunca se mueve entre juegos de identidades, chistes sobre las personalidades de cada nacionalidad (“pues los españoles sois unos chanchulleros”, “pues me cago en los tulipanes y bla bla”, “los ingleses sois no sé qué y no sé cuánto”…) y un guión que pivota sobre giros excedidos en cuanto a cantidad (la ley de Murphy es demasiada con el pobre personaje de Rovira). Poco a poco, la película se acerca al final que todos esperan (y decir esto no supone reventar absolutamente nada del film), entre canción y canción de una banda sonora, eso sí, bastante destacable.
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