20 noviembre 2014

El gérmen fotográfico de La isla mínima y True Detective

Muchas son las comparaciones que se han hecho entre una y otra. Se trata de La isla mínima, de Alberto Rodríguez, y True Detective, de Nic Pizzolato; dos ficciones que guardan cierto espíritu común en cuanto a lo estético. Con un gusto excelso por lo macabro, ambas han sido elogiadas a partes iguales por su apartado visual y su atmósfera. Algunos, incluso, lejos de conocer los orígenes de cada una, han tachado de plagio a una u otra (aunque generalmente se ha acusado más a la obra de Alberto Rodríguez que, casualmente, fue la que antes se concibió). La globalización tiene estas cosas: dos mentes pueden pensar una historia similar a miles de kilómetros de distancia sin incurrir en ningún tipo de plagio.

Lo que sí comparten ambas producciones, además de ese aspecto ritual de sus casos principales, es el origen fotográfico de sus historias. Ambas beben de colecciones fotográficas centradas en el espacio que ocupan sus tramas. Tanto en el caso de La isla mínima, cuyo director ha confesado que la historia le vino a la cabeza al ver las fotografías de Atín Aya, como en el de True Detective, que toma a Richard Misrach como punto de partida; en el caso de la serie de HBO, incluso sus fotografías aparecen en los títulos de crédito tan elogiados.


La isla mínima y las marismas del Guadalquivir de Atín Aya

Entre 1991 y 1996, el fotógrafo sevillano se dedicó a fotografíar un entorno tan oscuro como misterioso y pobre. En su colección Marismas del Guadalquivir Atín Aya recoge el espíritu de los marismeños y fotografía el entorno, siempre en blanco y negro, creando un retrato cargado de sombras y luces. Reconocen Alberto Rodríguez y Alex Catalán (director de fotografía del film) que la película es una traslación de la mirada del fotógrafo a ese terreno baldío en que se habían convertido las marismas cuando él las fotografió (curiosamente, en la época coetánea de la historia de la película) y hacia las personas que allí inmortalizó el fotógrafo.

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True Detective y la Petrochemical America de Richard Misrach

Es conocida por muchos como la Avenida del Cáncer (Cancer Alley) debido a la radiación y al exceso de polución que se da en el entorno. Es allí donde se sitúan las investigaciones de Rust Cohle y Marty Hart en True Detective. Un entorno igualmente lúgubre, viciado, en el que las torres de las fábricas expulsan humo contaminado al aire en cada rincón. La zona industrial de Luisiana conocidos como la América petroquímica fueron recogidos en una magnífica serie de fotografías (Petrochemical America) que, años después, inspirarían a los creadores de True Detective a la hora de generar esa atmósfera tan peculiar y tan negra de la ficción. Las casas de madera, el cielo grisáceo, los edificios de las iglesias, las ciénagas y los árboles "cortados" por la niebla en el horizonte; todo es compartido por la serie y el fotógrafo. Testimonio único de un lugar tenebroso y poco recomendable. 

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Para más información sobre Atín Aya, visite su página web: atinaya.com 
Para más información sobre el trabajo de Richard Misrach: fraenkelgallery.com

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