02 abril 2012

Tabucchi

Yo, como Antonio Tabucchi, también me enamoré de Portugal. 

El sábado me enteraba de su fallecimiento. Estaba en Londres y, por un momento, la saudade de su Réquiem inundó la capital británica. Antonio Tabucchi era, para mí, el escritor que había imaginado la preciosa historia del hombre que acude a Lisboa en busca del fantasma de Pessoa, que yo había visto en la película de Alain Tanner. Aún no había leído la novela, pese a tenerla en mi estantería desde hacía tiempo. 

Hoy, por fin, la he leído, casi de un tirón. Réquiem es una de las historias sobre la memoria y el pasado más bonitas que he leído (ahora ya sí) o visto en ninguna película. Pessoa, el verano, los recuerdos, el amor, Lisboa... todos estos elementos son el centro de la novela. Sus páginas, sin ninguna duda, embaucan. 

Reconozco que no he leído nada más del autor. Ni siquiera lo leí antes de que marchara con su querido poeta. Sin embargo, es uno de esos autores a los que les tengo cariño sin apenas contacto previo. Quizá tenga que ver con su amor por Lisboa (y Portugal), que tal vez compartamos, o por las largas conversaciones que he mantenido, en las que me han hablado de Sostiene Pereira o, más recientemente, de El tiempo envejece deprisa. 

"Escribir es una manera de estar contra la muerte", decía el escritor italiano en 1997. Hoy el novelista me ha legado una gran historia.

Réquiem. 

Foto: Dominic Umber

Antonio Tabucchi (1943 - 2012)

0 comentarios :

Publicar un comentario