Crítica publicada en Esencia Cine
Todo Arte es político. Sin duda. La afirmación, tan sencilla como llena de complejidad, entraña una de las máximas de la creación artística, y de cualquier actividad que realice el ser humano. Somos animales políticos, aseguraba Aristóteles. Miguel Gomes se coloca en una vertiente aristotélica y, en mitad de una crisis de valores, precisamente políticos, pero también de todo tipo (sociales, económicos, artísticos, etc.), se aferra a la poesía como vehículo de escape, como madera en el naufragio. El magnífico prólogo de esta Las mil y una noches: Vol. 1, El inquieto así lo demuestra...
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