Crítica publicada en The Way Out Magazine
Existen películas en las que la ejecución fagocita el contenido. Obras en las que la puesta en escena suprime por completo, o al menos difumina, el aspecto narrativo del conjunto. Es el caso de Yo no soy Madame Bovary, el último largometraje de Feng Xiaogang, que se hizo con la Concha de Oro y con el galardón...
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