09 abril 2014

'The strange colour of your body's tears', una pesadilla seductora

Crítica publicada en Esencia Cine
Atlántida Film Fest

Una serie de imágenes en blanco y negro y un suave stop motion vertebran The Strange colour of your body’s tears y provocan al espectador en cada interludio de la película. Gracias a un ritmo onírico, vertiginoso a veces, más pausado en otras ocasiones, Helene Cattet y Bruno Forzani se adentran en una historia de búsquedas y paranoias.

La película de los directores de Amer es una pesadilla que se sirve de la imagen y el sonido para narrar mediante las sensaciones. Sexual, enfermiza, metafórica, la película amenaza y propina golpes al espectador continuamente. La historia es sencilla, aunque quizás sea lo menos importante: una mujer desaparece y su marido se lanza a una investigación, junto con un enigmático detective.

A medida que investigan, las pesquisas les van aportando nuevos datos sobre el presente y el pasado de los inquilinos de un edificio que termina por cobrar vida. A través de un cruce visual entre Darren Aronofsky, Christopher Nolan (Memento) y la potencia visual de Winding Refn (el contraste de colores, el rojo y el azul de Sólo dios perdona, etc.), la película hiere y provoca con un festival de pieles rasgadas, cuchillos que penetran en el cuerpo de los personajes y la mente de los que están al otro lado de la pantalla.


No obstante, a pesar de que lo explícito puede llegar a jugar un papel importante en la obra, la estructura narrativa se fundamenta en las elipsis y los silencios. El espectador termina por completar los huecos que dejan los cineastas con sus propias elucubraciones, miedos y amenazas. En este sentido, The Strange Colour of your body’s tears recuerda a la última Claire Denis.

La cinta de Cattet y Forzani tiene la virtud de seducir mediante la violencia y sugerir a través de la rotundidad. El juego de personalidades, a menudo sustentado en un contraste de enfoques selectivos de brillante ejecución, se alterna con planos aberrantes que aportan tensión y descomponen todo el conocimiento que habíamos adquirido anteriormente sobre la historia. El cromatismo, fundamentado en un contraste continuo de dos colores, sugiere problemas mentales, dobles personalidades, etc, que nunca llegan a ser confirmados ni desmentidos. Casi todo depende del espectador, que pese al desconcierto inicial, pronto sentirá como ha caído en las redes de la película. 

La fotografía, tan oscura y nocturna que a veces se confunde con un fundido a negro, y la música, elemento que cumple su función de acumular tensión en torno a la trama, complementan a la perfección el uso de un espacio ciertamente claustrofóbico (un edificio con dobles tabiques, pasillos dentro de las paredes y dobles techados). 

The Strange Colour of your body’s tears es lo más extraño, tenso y perturbador que he visto en mucho tiempo. Una película inclasificable y onírica; la translación de una pesadilla a la pantalla, filmada con una brillantez y un perfecto uso de los elementos narrativos. Una simbiosis estridente entre lo violento y lo poético no apta para todos los paladares cinematográficos.

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